בס"ד
Israel Gráfico, ideado por Rafael Ben-Abraham Barreto, es una publicación digital independiente cuyo objetivo principal consiste en la divulgación de los valores de la cultura y tradición judía desde la perspectiva del Sionismo religioso. Desde Israel y la diáspora pretende ser un referente de consulta para el público hispanoparlante y un vínculo permanente con el Judaísmo e Israel, dado que conforman su esencia y razón de ser.
Este sitio surgió de forma experimental en formato blog en 2005 por iniciativa de su editor, pero una vez transcurridos 18 años de actividad que aún persiste, ha visto la conveniencia de dar el salto hacia el formato web. Israel Gráfico, en cuanto proyecto dinámico, se construye de forma progresiva, por lo que pide paciencia a sus potenciales visitantes y seguidores, si encuentran secciones pendientes de completar.
El calendario hebreo comprende siete fiestas, de las que cinco son de carácter bíblico y dos post-bíblicas.
El término festividades corresponde a los días sagrados del calendario judío, generalmente, designadas fiestas, del hebreo jagim o días feriados, igualmente del hebreo yamim tovim. La expresión yom tov se aplica de forma específica las festividades bíblicas proclamadas en los Cinco Libros de Moisés o Pentateuco: Pascua (Pésaj), Shavuot (Fiestas de las Semanas o Pentecostés), Sucot (Cabañas o Tabernáculos) y Shemini Atzeret (Asamblea). Éstas son conocidas en conjunto como Shalosh Regalim (Las tres fiestas de peregrinación) y ellas sirven tanto para conmemorar acontecimientos históricos como para celebrar ocasiones festivas relacionadas con el ciclo agrícola. Rosh Hashana (Año Nuevo) y Yom Kipur (Día del Perdón) constituyen la cumbre del período penitente (Yamim Noraim).
Las leyes sabáticas que prohíben el trabajo creativo (avot melaja) son de aplicación a las fiestas bíblicas excepto en lo que concierne a la preparación de la comida y el horneo para la fiesta; transferir fuego (no encendiéndolo directamente) y cargar entre dominios (eruv) están todos permitidos, excepto en el ayuno de Yom Kipur, día en el que también rigen todas las restricciones sabáticas. La abstención del trabajo es opcional en las fiestas post-bíblicas como Janucá, Purim, Tu Bishvat y Lag Baomer. Yom Haatzmaut (Día de la Independencia de Israel) y Yom Yerushalaim (Día de Jerusalem son dos fiestas modernas que lentamente están forjando costumbres propias.
Pésaj, que literalmente significa saltear, es sin duda una de las festividades más queridas y trascendentales del calendario hebreo, una celebración en la que nos hemos reunido en torno a la mesa del Séder —generación tras generación, por más de 3.300 años— para celebrar y rememorar; para trascender el tiempo y vivir una experiencia realmente transformadora y sublime. La festividad de Pésaj representa una oportunidad para liberarnos de todos aquellos yugos que nos mantienen cautivos y marchar rumbo a la libertad.
El Pueblo Judío rememora la salida de Egipto, con la lectura de la Hagadá o Relato de Pésaj en el seder correspondiente, una noche en Israel, y dos noches en las comunidades en el extranjero.
Pésaj que en Israel dura siete días y en la Diáspora o Galut, ocho, forma parte de las tres fiestas de peregrinación o Shalosh Regalim.
El Séder
El orden ritual que se sigue en la noche de Pesaj Kadesh comprende el kidush, santificación sobre el vino-,Urhatz, lavado de manos sin bendecir, Carpas –apio untado-, Yahatz, división de las Matzot, Maguid –relato de Pesaj-, Rohtza ,lavado ritual de manos con bendición, Motzi-Matza –bendición sobre las Matzot-, Maror –hierbas amargas, Corej –atado de hierbas y matzá- Shuljan Orej –cena festiva-, Tzafun –se prueba el trozo final de Matza- Barej –se pronuncia la bendición final sobre las matzot, Halel –alabanza final-, Nirtza –aceptación del orden realizado-, fue instituido por el gran sabio Rash”i (Shelomo Itzjaki siglo XI) y tradicionalmente es seguido por todas las comunidades judías y se edita hasta la actualidad en distintos libros y hagadot que se publican.
En la actualidad todas estas publicaciones poseen detalles y comentarios sobre el orden ritual de esta noche y por lo tanto son de excelente ayuda para seguirlo sin inconvenientes. Se sugiere (Halacha Yomit) la hagadá de Pesaj “Hazon Ovadia” de Rabí Ovadia Yosef, z”l, la cual fue redactada en un lenguaje claro y accesible y posee toda la guía halájica que requiere esta noche. Esta hagada se halla traducida al español.
El vino sobre el que se pronunciará la bendición correspondiente esta noche así como el Kidush, debe estar procesado según la halajá y contener en su mayor parte jugo puro de uvas. Los vinos que poseen agregados de agua, azúcar, saborizantes, entre otros, los cuales constituyen la mayor parte de los mismos, pierden la condición halájica de vino y por lo tanto su bendición es la de “sheacol nihiya bidbaró”, como cualquier bebida refrescante con sabor a vino que posee sólo un diez por ciento de jugo de uvas. Incluso aquellos vinos que se hallan bajo la supervisión de órganos de Kashrut sumamente respetables, no son considerados halajicamente vino para los sefaradim a menos que posean la cantidad suficiente de uva pura según lo requiere Maran en el Shuljan Aruj. Y aún cuando las etiquetas poseen la leyenda “Boré Perí Haguefen según Maran Habet Yosef”, no se debe confiar en las mismas pues no siempre responden a la opinión de Maran aceptada tradicionalmente por las autoridades rabínicas sefaraditas que requieren una mayoría de jugo de uva puro para considerarlo “haguefen”.
Algunas bodegas exigen en su producción una mayoría de jugo de uva tanto por cuestiones de calidad como por requerimiento halájico, por ej. en Israel bodegas “Carmel”, “Ramat Hagolan”, “Castel”, y otras cuyos vinos responden a la bendición es “haguefen” sin ningún tipo de dudas. También los vinos procesados bajo la supervisión de cuerpo de Kashrut “Bet Yosef” son considerados halájicamente “haguefen” y aptos para el Kidush tanto de Pesaj como de Shabbat.
La cantidad de vino que se debe consumir en cada copa de las cuatro que se beben la noche de Pesaj es de 81 gramos –reviit- los cuales deben consumirse ininterrumpidamente. Si hubiese bebido la mayoría del reviit, o sea 41 gramos será eventualmente suficiente y no necesita volver a tomar.
La persona a la que se le dificulta beber vino y bebe sólo la mayoría del reviit como vimos más arriba, debe tratar de beber en el tercer o el cuarto vaso un reviit íntegro, 81 gramos. para poder recitar la bendición final del vino sin duda alguna.
La persona que por motivos médicos o de otra índole no puede beber vino, puede cumplir su obligación con jugo de uva.
Para una mejor comprensión del orden ritual de la noche de Pésaj, se expone la prelación del mismo.
1. Kaddesh: Kiddush, santificación del día
2. Urhas: Lavado tradicional de manos sin bendecir –Netilat Yadaim bli beraja-
3. Carpas: Apio
4. Yahas: Se divide la Matza central, que se halla entre otras dos en el centro de la mesa
5. Maguid: Se lee el relato del éxodo egipcio
6. Rohtza: Se lavan las manos –netilal yadaim- esta vez con la correspondiente bendición
7. Motzi-Matza: Se bendice sobre la Matza
8. Maror: Se bendice las hierbas amargas
9. Corej: Se bendice el compuesto de Matza, hierbas margas y Haroset –dulce-
10. Shuljan Orej: Se sirve la cena
11. Tzafun: Se come el trozo de Matza que se guardó para el final –Afikomam-
12. Barej: Se pronuncia el Bircat Hamazon –bendición final sobre el pan-
13. Halel: Se recita el Halel –alabanzas al Eterno, Salmos-
14. Nirtza: Simboliza la aceptación del seder por parte del Eterno
Este ordenamiento fue instituido por Rashi y así se continuó practicando en toda la diáspora, como lo hallamos impreso en los distintos libros de oraciones de Pesaj.
Fuente: Halacha Yomit. Jerusalem, Israel.
Shavuot es una de las tres fiestas en la que los judíos, en consonancia con el precepto bíblico, peregrinaban a la Ciudad Santa de Jerusalem cuando existía el Santo Templo (Bet Hamikdash) se hallaba en pie. Las dos restantes son Pésaj y Sucot. Es decir, las tres fiestas de peregrinación o Shalosh Regalim, que junto con Rosh Hashaná y Yom Kipur constituyen las cinco festividades bíblicas mayores del calendario judío.
El mes de Siván ocupa un lugar destacado en la vida del pueblo judío porque en el mismo recibió a través de Moshé Rabenu la Torá en monte Sinai. Esta festividad acontece, por regla general entre finales del mes de mayo o comienzos de junio.
El 6 de Siván de 2448 (1312 antes de la era común) es el día sagrado de la Entrega de la Torá en el monte Sinai. Este acontecimiento ocurre los días 6 y 7 de Siván. En Israel se celebra sólo el día 6 y en la diáspora los dos días.
El nexo con Pésaj
Shavuot comienza al día siguiente de la conclusión de la cuenta del Ómer o Sefirat haÓmer; es decir, la cuenta de los 49 días del Ómer que se inicia el segundo día de Pésaj. Es el nexo que une Pésaj, fiesta de la libertad física o del nacimiento nacional a la salida de la exclavitud en Egipto que se prolongó 210 años, y Shavuot, fiesta de la elevación o obtención de la liberación espiritual con la recepción de la Torá o Matán Torá מתן תורה en el monte Sinaí.
Una y solo una vez en la historia de la Humanidad se reveló D-s a un pueblo y anunció su voluntad. El pueblo de Israel recién nacido recibió el mensaje de la Divinidad antes de emprender su trayecto hacia Eretz Israel. Una población de 603.550 hombres (Bamidbar: 2:32), además de mujeres y niños fueron testigos, en las inmediaciones del monte Sinai del mayor acontecimiento de la historia, el encuentro ante el Todopoderoso y sus criaturas.
Los 613 preceptos
El pueblo de Israel recibió los 613 preceptos o mitzvot.
De los gentiles, D-s exige 7 ó las leyes de Noah. Con ello suman 620. El valor numérico del versículo que expresa el reinado eterno del Supremo: D-s reina, reinó y reinará para siempre es también 620. Este es asimismo el número de los 10 mandamientos. Los nombres de los padres de las 12 tribus suman igualmente 620. Sobre este particular, Vidal Elgozy escribe que “la Torá no es sólo un libro de leyes. Tampoco de historia, no de ciencia, de profecías, pero es todo a la vez, tal que ninguna sabiduría le es ajena”.
“La Torá nos fue entregada después de más de 2.000 (2448) años de la creación, pero en realidad-añade Elgozy-la precedió. Nuestros sabios nos dicen que D-s observó la Torá y creó el mundo.
La Torá es pues, el plano del que D-s se sirvió para crear el universo. Es más, es el soporte con el cual D-s sostiene el globo, pues éste retornaría al caos si durante un solo instante no se estudiase la Torá en ninguna parte. La existencia del mundo estaba condicionada a que Israel recibiera la Torá el 6 de Siván. Al final de la creación, nos relata el versículo así: “Y fue la tarde y la mañana el día sexto (Bereshit,1). La palabra ha shishi, el sexto, figura con el artículo determinado a diferencia de los días precedentes, primero, segundo…ejad, sheni. Esto hace alusión al sexto día del mes de Siván, día en el cual, la creación consiguió su definitivo certificado, al haber recibido Israel la Torá.
Eterna e inalterable
Uno de los principios de la fe judía es la inmutabilidad de la Ley. Igual que D-s no cambia, su voluntad es invariable.
La Torá escrita está sintetizada y sus palabras están medidas. Es intocable, inalterable, tal es así que basta que falte una sola letra o signo en el Sefer Torá, para que no sea válido. La oral, en cambio, es extensa y se desarrolla continuamente. Es una sabiduría viva, dinámica, en la que cada uno puede renovar en el marco de ciertos fundamentos. Los grandes eruditos, según explica Vidal Elgozy, pueden y deben dar respuesta a los problemas que surgen en cada época. Los avances en los diferentes dominios de la ciencia y tecnología lo exigen. Los Hajamim son capaces de estudiar, comparar y concluir dictámenes en todos los terrenos de la vida. La Halajá se pone siempre al día y trata de temas contemporáneos como empleo de microondas, trasplantes de órganos, fertilización artificial, etc. La Torá es inmutable pero se actualiza
Reformas y modificaciones en la Halajá suponen la demolición de los cimientos del Judaísmo. La venta de conversiones ficticias por quienes se disfrazan de Rabinos es un fraude público.
Vidal Elgozy precisa que “nuestro deber es renovarnos a nosotros, no la Torá. La rutina es uno de los mayores enemigos del pueblo judío religioso. Hemos de cumplir las mitzvot con el mismo afán y entusiasmo, como si hoy fueran dadas”.
Los preceptos son para nuestro buen. El Creador sabe lo qué nos conviene y nos dio la Torá y las mitzvot para beneficiarnos en este mundo y en el venidero.
Como quiera que se compara a la leche con la Torá y Eretz Israel es costumbre ingerir comida láctea y los platos favoritos son las tortas de queso y panqueques de queso. En el Estado de Israel, Shavuot es un día de fiesta público y una oportunidad para la aliyá laregel, peregrinación a Jerusale
Fuentes: "Shavuot, día de días". Jabad Lubavicht, Documentación propia. Adaptación y textos de Rafael Ben-Abraham Barreto.
Foto: Gran Sinagoga de Tel Aviv, Israel/R.B-A B.
Sukot constituye una de las tres fiestas de peregrinaje estipuladas en la Torá o Shalosh Regalim del calendario hebreo, que nos recuerda el tránsito durante 40 años por el desierto de camino hacia Eretz Israel y cuando el pueblo de Israel moraba en cabañas. También se le conoce como Jag Heasif o Fiesta de la Coshecha. Coincide con el tiempo en que las mies de los campos ha sido recogida y la gente se regocija ante el Señor en acción de gracias por las bendiciones que Él nos ha prodigado al final del año.
Tal como señala Vidal Elgazy, Sukot representa la cumbre de la reconciliación. Esta fiesta acontece justo después de Yom Kipur. “A duras penas-escribe Elgazy-conseguimos construir la suká o cabaña, adquirir los 4 minim y efectuar los demás preparativos para una pascua de ocho días”, desde que termina Yom Kipur.
Sukot es tiempo de alegría, porque estamos obligados a estar alegres por mandato de la Torá. “Y te alegrarás en tus solemnidades y estarás ciertamente alegre”. (Devarim 16). “Y os alegraréis delante de D-s” Vuestro Eterno”. (Vayikrá 23). Asimismo, en los rezos de Kidush recordamos (“Nos alegraremos y regocijaremos por ti” (Shir HaShirim, 1). “Y alegría para los rectos de corazón”. (Tehilim 97).
El precepto de vivir en la Suka
En Sukot se da la alegría del agricultor o del propietario de fincas o campos al ser época de la cosecha. Se ven los frutos del trabajo y de la inversión de todo un año.
Por otro lado, en Sukot abandonamos nuestros hogares y sus comodidades para pasar a una tienda sencilla, en donde nuestra permanencia se transforma en una cadena de mitzvot. Actos tan usuales como comer, beber, dormir, se transforman en mitzvot en la sucá. Sin duda se trata del mejor regocijo para el buen judío. La recolección y la riqueza también nos alegran, pero son de importancia secundaria, las dejamos en la casa, según añade Vidal Elgazy, en consonancia con lo estipulado en la Halajá sobre esta festividad
La alegría de Sukot cierra el ciclo que comienza con la tristeza del 9 de Av. El luto y la destrucción siembran en nuestro corazón cierto desespero de este mundo. Del duelo surge la consolación, con el profundo conocimiento de una realidad espiritual. Ésta genera Teshuvá y este acercamiento nos conduce a la alegría de Sukot. Elgazy señala tres eslabones que están ligados entre sí: luto-consolación-teshuvá-alegía.
El carácter agrícola de esta festividad recibió una expresión simbólica en los oficios mediante el empleo de las cuatro especies vegetales o arbaá minim que consisten en el etrog o la cidra, el lulav o rama de palma, tres hadasim, ramas de mirto y avarot o ramas de sauce. Esta costumbre se sustenta en el precepto bíblico: “Y tomaréis para vosotros en el día primero el fruto del árbol hermoso (el etrog), ramos de palma (lulav) y ramilletes de árboles frondosos (hadasim) y sauces de los arroyos (aravot) y los regocijaréis delante del señor vuestro D-s durante siete días”.
Las cuatro especies
Estas cuatro plantas, tres de las cuales, el lulav, los tres mirtos y los dos sauces son atadas mediante hojas de palma, conforman con toda seguridad una extraña combinación que nos comunica algo. El Midrash subraya esto de la siguiente manera: “Tal como el etrog tiene un sabor bueno y una fragancia agradable, así también entre los israelitas existen hombres estudiosos de Torá y que practican buenas acciones; un ramo de palma, tal como su fruto el dátil, tiene buen sabor, pero carece de aroma, así hay hombres que han estudiado Torá, pero que no aplican lo aprendido con perfección; tal como el mirto posee un agradable olor, resulta insulso, así hay hombres de buenas acciones, pero que no poseen instrucción; y tal como el sauce ni tiene olor ni es comestible, así son aquellos hombres que ni tienen instrucción ni practican buenas acciones. Así las cosas, estas cuatro especies simbolizan los cuatro tipo de personas que conforman una nación. De forma separada, tienen distintos temperamentos, pero todos son necesarios para componer la sociedad humana. Al unir las plantas, las virtudes de la confraternidad, unidad y cooperación en la comunidad son ampliamente demostradas y mancomunadas.
La bendición especial al pronunciarse sobre las cuatro especies es: “…Al netilat lulav”, debido a que esta planta es la más grande de las cuatro. En el primer día se recita seguida de Shehejeianu. Cuando se pronuncia Hodú y Ana HaShem en Halel, agitamos la los arbaá minim en todas las direcciones proclamando, de esta manera, que el mundo pertenece a D-s y que Su dominio impera en todo el Universo. Esto guarda semejanza con la ceremonia en la que se tremolaban las especies en el Templo. En el Talmud se alude a que en los tiempos antiguos los hombres de Jerusalem ponían tanto celo en el cumplimiento de esta mitzvá que acostumbraban llevar consigo el lulav a donde quiera se dirigieran durante el tiempo que durara la celebración.
En Shabat no se toma el lulav, dado que nuestros Sabios temían que el pueblo lo transportara por las calles, de camino a la Sinagoga, siendo que en este día no está permitido el transporte de objetos en el dominio público. En las épocas del Templo, el lulav se empleaba todos los días, sólo en el mismo Templo. Fuera del mismo se usaba el primer día, dado que así fue estipulado directamente por mandato bíblico (“Lo tomaréis para vosotros en el día primero”.); el lulav era tomado el primer día dentro y fuera del templo aún si acontecía en Shabat. Pero tras la destrucción del Templo, se dispuso que todos los judíos e todo el mundo tomaran el lulav todos los días de la festividad en conmemoración de la práctica del Templo, salvo en Shabat, por la razón antes expuesta.
El mes de Elul cierra el año hebreo y seguidamente lo asociamos con la Teshuvá (arrepentimiento o retorno). En esta recta final nos esforzamos por inclinar la balanza con la vista puesta en Rosh Hashaná, literalmente, cabeza de año, día en el que todos nuestros actos son examinados. Una balanza que se representa por el signo Libra del Zodiaco de Thisrei. Contamos 12 meses, como lo son las 12 tribus de Israel. Así, pues, la tribu de Dan, raíz hebrea del verbo juzgar, corresponde al mes de Tishrei.
Tres libros se abren en Rosh Hashaná, según detallan nuestros sabios. Los piadosos son inscritos en el Libro de la Vida, los malvados en libros de muerte y los medianos quedan pendientes en la lista de espera hasta Yom Kipur.
Según señala Elgazy, “para no aterrizar de repente en Rosh Hashaná, sin previo examen de conciencia, tenemos el mes de Elul, durante el cual nos preparamos para el encuentro con el Creador. En este día debemos renovar el contrato de la vida. Los preparativos para algo de tan primordial importancia han de ser minuciosos, pues una pequeña contrariedad puede acarrear graves consecuencias”.
Con la creación del hombre, el mundo alcanzó su cenit el viernes 1 de Tishrei. Este mismo día Adam pecó, fue juzgado e hizo Teshuvá y fue perdonado.
Rosh Hashaná es el día en el que el Creador fija quién vivirá y quién no; quiénes gozarán de tranquilidad y bienestar y quiénes sufrirán; qué países disfrutarán de holgura y quienes estarán escasos o deprimidos o sufrirán hambre o guerras. Todos los acontecimientos que han de ocurrir durante el año se determinan en Rosh Hashaná, lo cual le confiere a este día el carácter de solemnidad, temor y respeto.
En Rosh Hashaná, por otro lado, proclamamos el reinado de D-s en todo el mundo. Se toca el shofar y se lee la parashat del Sacrificio de Isaac (La Akedá) y así se recuerdan los méritos de Abraham Avinu (nuestro patriarca Abraham) y su total sumisión a la voluntad del Rey del Universo.
Así pues, el Pueblo Judío es sensible a la voz del Shofar, sólo él sabe reconciliarse con su Creador al tocarlo.
El Shofar de Rosh Hashaná nos recuerda el sonido que tal instrumento emitió en el monte Sinai y nos refuerza el anhelo de merecer pronto oír el que anunciará la venida del Redentor.
Rosh Hashaná tiene lugar los dos primeros días del mes hebreo de Tishrei. En ningún lugar de la Torá se hace alusión a que el comienzo de año sea a comienzos del séptimo mes de nuestro calendario. Esta solemne festividad se la define en el Tanaj como Yom Teruá (Día del Toque del Sofar) o Zicarón Teruá (Recordación del Toque del Sofar). También Rosh Hashaná se le identifica en la liturgia como Yom Zikarón (Día del Recuerdo) y Yom Hadín (Día del Juicio).
El concepto de Año Nuevo, tal como lo conocemos actualmente, aparece sólo en la Mishná que indica: “El primero de Tishrei comienza el año calendario”. (Rosh Hashaná 1:1).
Najman Isaac señala (Rosh Hashaná 8ª, pasim): “Se refiere al Juicio Divino, como está escrito: Los ojos de HaShem, tu D-s, están siempre sobre ellas (Eretz Israel); desde el principio del año hasta el fin de año” (Devarim 11:12). Este comentario implica, en cierta medida, que desde el principio del año se dicta la sentencia de lo que ha de acontecer a su término.
Esta es la esencia fundamental del Año Nuevo Judío. No constituye una ocasión para los excesos y el júbilo incontrolado. Ingresamos en un período de reflexión, de examen o evaluación personal y también de remembranza. El toque del sofar constituye el símbolo fundamental de esta solemnidad durante la recitación de Musaf. El sofar se asemeja a una alarma que convoca a la reflexión del piadoso y a la conciencia adormecida del hombre desinteresado o despreocupado.
Aséret Iemé Teshuvá
Diez días de retorno o penitencia median entre Rosh Hashaná y Yom Kipur. Estos días transcurren en un ambiente de creciente devoción en los que revisamos nuestras acciones materiales y espirituales y nuestra conducta del año vivido. Se le otorga al ser humano la oportunidad del perdón y la expiación. Nos purificamos y elevamos espiritualmente mediante el pensamiento noble y la acción valerosa.
Leyes y costumbres
Las leyes y costumbres que rigen la observancia de la festividad comprenden el remojado del pan empleado para la bendición hamotzi después del kidush en miel en vez de sal y también trozos de manzana en miel, lo que simboliza la esperanza judía de que el año será dulce; se utilizan hogazas de pan redonda en la mesa en vez de la jalá plana, se comen la cabeza de pescado y zanahorias, símbolos de liderazgo y fertilidad; se evitan las nueces, dado que en hebreo (egoz) nuez equivale al término hebreo de la Mishná jet (pecado) en gematría; y se arrojan los pecados al mar, lago o a un río mediante la ceremonia del tashli, la primera tarde de Rosh Hashaná o en la segunda si el primer día cae en Shabat.
La Torá nos marca el 10 de Tishrei como Día del Perdón (Yom Kipur) y de penitencia. Esto tiene su origen en el incidente del Becerro de Oro, de cuando al descender Moshé del monte Sinai, arroja las tablas de la Ley, al ver que el pueblo se había corrompido con la elaboración de dicha escultura. No obstante, este suceso tuvo lugar el 17 de Tamuz (día de ayuno y comienzo de las tres semanas de duelo hasta Tisha B’Av). Moshé Rabenu recibe el 1 de Elul el permiso divino de subir de nuevo al cielo y allí volvió a suplicar indulgencia al Todopoderoso a pesar del pecado cometido. Después de 40 días (que separan el primero de Elul de Yom Kipur) D-s le anuncia a Moshé que su petición ha sido aceptada y perdonados los pecados de Israel. De ahí que en las comunidades sefaradíes se madrugue para el recitado de las shelijot durante esos cuarenta días, el mismo tiempo que duró el diluvio universal en los tiempos de Noah.
En las cinco oraciones de Yom Kipur repetimos 26 veces los 13 Atributos de D-s (13 Midot) y constituyen la columna vertebral de las Shelijot. El valor numérico del nombre de D-s es 26, atributo que expresa la virtud divina de piedad y benevolencia. Igualmente, son 26 las generaciones que separan a Adam, el primer hombre, de Moshé, la generación que recibió la Torá.
La Teshuvá comprende tres etapas: arrepentimiento, confesión ante D-s y determinación de no volver a la transgresión o a incurrir en los mismos actos negativos del pasado.
Yom Kipur es el día más solemne del calendario judío, y con él culminan los 10 días de penitencia o Yom Noraim que se iniciaron en año nuevo o Rosh Hashana. Esta jornada está dedicada a la plegaria, en la que cada judío se arrepiente de sus faltas cometidas contra D-s y los hombres, esperando su perdón.
Su origen se remonta a los tiempos bíblicos, cuando existía el templo en Jerusalem. Era un día de carácter festivo y solemne, para el que el sumo sacerdote se preparaba con anticipación.
Su origen figura en la Torá (Levítico (Vaikrá) XXIII 26-27-28): “Ciertamente el día décimo de este séptimo mes (tishri) será el día de las expiaciones, convocación santa os será y afligiréis vuestras almas y presentareis ofrenda a D-s. Y no habréis de hacer ninguna clase de obra en este mismo día especial, porque es día de expiaciones para hacer expiaciones por vosotros delante del Señor, vuestro D-s”.
Usos y costumbres de la festividad
Como toda festividad judía, comienza al atardecer de la víspera. Hasta la puesta del sol del día siguiente se debe guardar ayuno completo. No se come ni se bebe y esta prohibido bañarse, utilizar perfumes, tener contacto sexual y por supuesto realizar cualquier trabajo. Es un día de plegarias, arrepentimiento y penitencia.
Según la tradición se logra el perdón a través de la plegaria verdadera y autentica, el arrepentimiento y la tzedaká (caridad).
Muchas de las leyes y preceptos están minuciosamente explicadas en el tratado Ioma del Talmud.
De la penitencia y el arrepentimiento tratan las plegarias que se rezan y que se encuentran en el Majzor, libro de oraciones especial para Iamin Noraim, Rosh Hashaná y Iom Kipur. Antes de comenzar la liturgia en la sinagoga, se come la última comida de la víspera de Iom Kipur, llamada seuda mafseket, que marcara el inicio del ayuno hasta el día siguiente. En el hogar se encienden las velas festivas y también una vela de recordación de los difuntos, llamada ner neshamá.
El Judaísmo iempre alienta a la persona transgresora arrepentida a acercarse al Creador sin intermediarios. Mas el poder expiativo de Yom Kipur no se extiende o aplica a las ofensas contra el prójimo, a menos que se haya hecho todo lo que está a nuestro alcance para rectificar los errores cometidos.
Rabí Eleazar ben Azariá decía: “Las transgresiones del hombre contra D-s el Día de la Expiación D-s las absuelve, pero las transgresiones contra el próximo, el Día de la Expiación no las expía a menos que y hasta tanto éste no se haya reconciliado con su próximo y haya reparado el error cometido”.
Leyes y costumbres
El ayuno de Yom Kipur se guarda desde poco antes de la puesta del sol en la víspera hasta la caída de la noche del día siguiente. En Yom Kipur está prohibido comer, beber, mantener relaciones maritales, el uso de cosméticos y productos de limpieza y el calzado de cuero. También está prohibido el lavado de cualquier parte del cuerpo que no sean los dedos y los ojos (Mishná Yoma 8.1). Como quiera que en Yom Kipur se le conoce como Shabat Shabatón, un sábado de descanso solemne o Sábado de los Sábados, se aplican todas las restricciones de trabajo y, excepcionalmente, no puede aplazarse el ayuno al día siguiente si coincide con Shabat.
Una persona enferma, siguiendo el consejo del médico o un rabino puede tomar su medicina o ingerir pequeñas cantidades de alimento, ya que todas las consideraciones religiosas son puestas de lado cuando peligran la salud o la vida de una persona (Pikuaj nefesh). Antes de Yom Kipur se acostumbra pedir perdón a cualquier persona ofendida como resultado de un desacuerdo serio.
Una comida final (seudá mafseket) es consumida inmediatamente antes del comienzo del ayuno.
Kol Nidrei
La primera plegaria con la que se inician las solemnidades y rituales de Iom Kipur es Kol Nidré. Se abre el arca, se sacan todos los rollos de la Torá, que serán portados por notables de la congregación, y se reza de pie esta oración con una antigua melodía cuyo origen se remonta a los primeros siglos de la Edad Media.Kol Nidré se recita tres veces. Esta escrita en arameo y su significado es que el judío solicita a D-s que todos los votos y promesas que ha hecho durante el año y que no ha podido cumplir le sean perdonados.
Estas plegarias, así como la lectura del Libro de Jonás, tienen como eje el reconocimiento de los errores cometidos, los pecados y las transgresiones, y el pedido a Dios de que las perdone. También las distintas lecturas de la Torá y de los profetas tienen este mismo sentido.
Neilá o clausura
En Iom Kipur se agrega una plegaria que no existe en ninguna otra festividad: Neilá, que significa “cierre” y alude al cierre simbólico de los portones del cielo.
Si alguien no ha logrado un autentico arrepentimiento, tiene este momento, la Neilá, para hacerlo.
En la dimensión divina, alcanzara con el pedido sincero del perdón a D-s, pero en la dimensión humana no es suficiente. Hay que pedir perdón a las personas que hemos ofendido o despreciado. Sin este paso, no seremos absueltos de estos pecados. Nuestro semejante debe escucharlo de nosotros, sincera y verdaderamente. Hay que lograr el perdón de aquel al que hemos ofendido, porque solo entonces estos pecados serán perdonados por D-s.
En Iom Kipur hay un servicio especial de recordación (Izkor) por los familiares fallecidos, por los mártires de la historia judía que dieron su vida por el pueblo judío y por su fe, y por los seis millones de judíos exterminados en la Shoá a manos de los nazis.
Este día solemne culmina en la sinagoga con el toque del shofar (un solo y largo sonido llamado tekiá guedolá).
De acuerdo al calendario hebreo, Iom Kipur puede caer en Shabat; cuando esto sucede, hay cambios en la liturgia.
Al finalizar Yom Kipur, tiene lugar bircat ha levana, siempre que la luna sea visible. También se inicia la construcción de la sucá para la fiesta de Sucot.
La fiesta de Hanuká o de las luminarias celebra el acontecimiento que recuerda la reinauguración del Templo de Jerusalem, tras la victoria de los hasmoneos sobre los seléucidas en el siglo II antes de la Era Común. En este reportaje se explica el origen de esta celebración, que se mantiene por más de 2.000 años.
El término hebreo Hanuká significa consagración o dedicación. Una fiesta que dura ocho días, que comienza el 25 de Kislev (finales del otoño y comienzo del invierno en el hemisferio norte) y que conmemora el éxito de la rebelión de los macabeos contra la persecución religiosa instigada por los sirios helénicos o seléucidas, bajo la autoridad de Antíoco IV Epifanes (Siglo II antes de la Era Común). El próximo miércoles, día 16, por la noche, ya 25 de Kislev, según nuestro calendario, tiene lugar el prendido de la primera vela de Hanuká, y que se sucede sucesivamente noche tras noche hasta completar la octava candela colocada en un candelabro de ocho brazos o janukía.
Retomando el comentario histórico, la revuelta fue encabezada por Matitiahu (Matatías), de la estirpe de los hasmoneos, familia sacerdotal, primeramente, y luego continuada por sus hijos (especialmente, por Yehudá Hamacabi, Judas “el Martillo), que liberaron eventualmente Jerusalem y el Templo profanado, que posteriormente, fue consagrado al culto de D-s,- de aquí el nombre de Hanuká, fiesta de la dedicación. Tal como se especifica en el Talmud (Shabat 21b), los judíos victoriosos encontraron sólo un recipiente de aceite no contaminado, puro (kasher), requerido para mantener prendido el ner tamid o lámpara perpetua que ardía en el Templo. Sin embargo, era suficiente para un día únicamente en condiciones normales, este aceite duró milagrosamente ocho días, tiempo preciso para asegurar el aprovisionamiento fresco de aceite de oliva puro para la lámpara, de suyo que el nombre adicional de la festividad es Jag Haurim (fiesta de las luces).
Durante el periodo del Bet Hamikdash –sagrado Templo de Jerusalén- el imperio romano emitió numerosos decretos contra el pueblo judío, tratando de impedir que continuaran con su particular estilo de vida, la observancia de los preceptos y el estudio de la Torá, y llegaron incluso a ingresar al santuario del Templo, el cual profanaron, constituyéndose en una época singularmente difícil para el pueblo de Israel.
Entonces, el Eterno se apiadó de Su pueblo y los rescató de manos de sus opresores por medio de una familia de cohanim, los Jashmoneos, quienes lograron expulsar al enemigo de la tierra de Israel y designaron un rey de su propia familia.
El milagro
Cuando los Hashmoneos liberaron el Templo, ingresaron al mismo para recomenzar los servicios. Uno de estos servicios consistía en el encendido de la menorá –el candelabro-, sin embargo, no hallaron sino un solo recipiente pequeño conteniendo aceite puro que no alcanzaba sino para el encendido de un día, pero se produjo un milagro y dicha cantidad de aceite alcanzó para encender el candelabro durante ocho días, tiempo que necesitaban para procesar nuevamente aceite puro. El día en que encontraron el recipiente conteniendo aceite puro fue el 25 de Kislev. Debido a este hecho, los sabios de dicha generación instituyeron estos ocho días, a partir del 25 de Kislev, como días festivos, y en los que se deben encender candelabros conmemorando aquel gran milagro. Esta festividad se denomina Janucá. El precepto más importante de Hanuká consiste en el prendido de las luces, una en la primera noche, dos en la segunda, tres en la tercera….y ocho en la víspera de la octava noche. Para ello se utiliza un candelabro especial denominado hanukía que adopta la forma de menorá con ocho recipientes para velas o mechas para de aceite junto con el noveno que se le llama shamash o bedel que se usa para prender el resto.
Estas luminarias no se pueden emplear para otro uso que para conmemorar la fiesta en sí. Es costumbre que los niños jueguen con perinola o sevivón, una especie de trompo. Los jóvenes reciben dinero o regalos.
En la sinagoga se recita el Halel completo y la keriat Hatorá (lectura de la Torá) se efectúa diariamente.
En el rezo de la Amida y en Bircat Hamatzon (Bendición por el sustento) se intercala Al Hanisim (Por los Milagros), en relación a los acontecimientos y milagros asociados a Hanuká.
Tanto en la sinagoga como en el hogar se recita el himno Maoz Tzur, una vez que se han encendido las luces de Hanuká y recitadas las bendiciones apropiadas. Las comidas tradicionales de la festividad consisten en buñuelos (sufganiot) y panqueques de papas (levivot; latkes en yidish) que se fríen en aceite.
Consideraciones halágicas
Los sefaradim acostumbran a encender un candelabro por familia, mientras que los ashkenasim suelen prender de forma individual.
Al encender las luces de Hanuka es preciso prever que contengan suficiente aceite como para encender media hora a partir del momento del encendido, lo mismo aplica si enciende con velas de cera, en este caso debe preocuparse porque las mismas puedan permanecer encendidas por lo menos media hora desde su encendido tras la salida de las estrellas (existe un tipo de velas pequeñas coloreadas destinadas especialmente para la festividad, y es preciso evitar encender con estas velas ya que no duran el tiempo mínimo necesario para cumplir con el precepto). En la víspera de Shabat, que se encienden las velas más temprano es preciso agregar una mayor cantidad de aceite.
Procedimiento
Cuando enciende las luminarias de Hanuka la primera noche, debe comenzar el encendido con la vela del extremo derecho y la segunda noche comenzará encendiendo la vela agregada, posteriormente encenderá la vela con la que comenzó ayer. De acuerdo a esto resulta que el orden del encendido comienza desde la izquierda hacia la derecha, para comenzar el encendido con la vela nueva, la que se agrega para recordar el milagro de la duración del aceite.
La festividad de Purim acontece cada 14 de Adar. Su nombre deriva del término “pur”, que significa sorteo. En esta fiesta recordamos la suerte que echó Hamán para determinar el mes y el día para la consumación de sus demoníacos designios de exterminio de los judíos de Persia. Éste fue el nombre adoptado por los judíos de aquel tiempo, tal como lo leemos o recordamos durante la lectura de la Meguilá de Ester.
El 13 de Adar, la víspera de Purim, es observado como día de ayuno, el taanit Ester. Este día fue escogido por Hamán para la aniquilación de todos los judíos del reino de Ajashverosh, pero la reina Ester pidió a todos sus correligionarios que guardaran un día de ayuno con ella, y de esta manera revertir el terrible decreto. La observancia del ayuno tiene sus excepciones para quienes no puedan observarlo por motivos de salud y siempre bajo supervisión médica y rabínica.
Según se recoge en la halaja del día (halaja yomit), las mujeres embarazadas o que se hallan amamantando están exentas de este ayuno, pues incluso los cuatro ayunos que cita el profeta Zacarías (8,19) se hallan exentas de realizarlo, a excepción del día 9 de Ab, por lo tanto, más aún se hallan exentas de ayunar este día. Y así lo suscribe Ram"a en sus comentarios al Shuljan Aruj (cap. 649 inc.1). Maran no cita esta halajá ya que es posible inferirla claramente a partir de la excepción hecha en los demás ayunos, sin embargo, Ram" a hubo de citarla ya que en las comunidades ashkenazitas las mujeres embarazadas deben ayunar a menos que medie un impedimento, por ello debió escribir Ram"a que el ayuno de Ester están exentas de realizarlo.
Excepciones
Agrega que “a estos efectos, se considera exenta la mujer embarazada a partir de los tres meses de gestación. Sin embargo, si sufre de vómitos o dolores de cabeza puede eximirse aún antes, siempre que hayan pasado por lo menos cuarenta días de embarazo”.
En relación a la mujer que amamanta, no es necesario que lo esté haciendo de hecho, pues se considera en esta condición toda parturienta que se halle dentro de los dos años que ha dado a luz si siente una debilidad que le impide ayunar, pero si se siente sana debe realizar el ayuno como todas las mujeres que ayunan este día.
Meguilat Ester
Como en los tiempos de Mordejai y Ester, protagonistas absolutos de esta remembranza, también nosotros expresamos nuestra felicidad y nuestra alegría por el milagro de Purim, por medio del envío de raciones consistentes en dos clases de comidas o víveres, para nuestros amigos, como así también es costumbre dar en la noche de Purim limosna o tzedaka a los pobres antes de la lectura del Libro de Ester.
Dadas las características del regocijo, según comentario extraído de la Edición de la Kehila Sefaradi Yesot Hadat, que se vive en Purim, se mantiene la costumbre de celebrar la fiesta con un banquete (seudá) especial alusiva a la conmemoración.
Fuentes: Halacha Yomit.
Adaptación del Editor.
El 9 de Av o Tisha VeAv constituye uno de los días más tristes y aciagos del calendario judío, pues en esta fecha aconteció la destrucción de los sagrados templos de Jerusalem, el primero en el año 586 antes de la era común por los babilonios y el segundo en el año 70 por los romanos, en los mandatos de Nabucodonosor y Vespasiano, respectivamente.
Cuando la festividad acontece en Shabat, se aplaza para el día siguiente. En este caso hay que considerar algunos aspectos halágicos sobre las leyes y costumbres del día en lo relativo a la tercera comida con la que se inicia el ayuno público de 26 horas de duración aproximadamente, por regla general, y sobre la havdalá a la salida de Shabat. Entre las restricciones de esta fecha se está obligado ayunar en Tisha VeAb, salvo casos por causas especiales, no calzar zapatos de cuero, no tener relaciones sexuales y no tener disfrute de los perfumes. En la liturgia del día se omite colocar talet durante el rezo de la mañana, e incluso se acostumbra poner tefilin por la tarde.
Entre la angustia
Los días que transcurren desde el 17 de Tamuz hasta el 9 de Av son denominados en la Halajá “ben hametzarim” –entre la angustia-, pues marcan el trágico período en el que Jerusalén fue asaltada y el sagrado Templo que allí existía destruido, debido a ello practicamos distintas costumbres de duelo por aquella destrucción que tanto nos afectó. Sin embargo, cabe preguntar por qué tanto luto por aquella destrucción, por qué continuar sufriendo aquel período histórico, según se recoge en el texto de la Halajá del Día o Halacha Yomit (Jerusalem).
En realidad se expusieron distintos motivos sobre ello. En principio, cada individuo de Israel debe lamentarse y sollozar por aquella destrucción que dejó al pueblo de Israel sumido en la oscuridad espiritual, al perder aquel sagrado lugar que nos comunicaba directamente con el Eterno. “Cada generación en la que no se reconstruye el Templo, es como si volviese a destruirse”, esta afirmación representa una lamentable realidad, la de que aquellas causas que originaron la destrucción todavía nos afectan y no logramos superarnos.
Y como es sabido-se precisa en la Halajá del Día-, nuestro mal instinto trabaja en forma gradual. En principio induce al hombre a pecar en cuestiones intrascendentes, hasta llevarlo finalmente a cometer idolatría. Comienza incitando al hombre a perder su tiempo en vanas discusiones sobre política, en cuestiones mundanas y placeres vacuos, y termina llevándolo a cometer los peores pecados.
Desde la caída del Segundo Templo, el 9 de Av se asoció con muchas experiencias nefastas, de persecuciones y tragedias en la Diáspora. Las desgracias que ocurrieron en esta fecha comprenden la toma de la última fortaleza de Bar Cojbá, Beitar, en el año 135 de la era común, por los romanos; el establecimiento de un santuario pagano en el lugar del Templo, en el año 136; la expulsión de los judíos de Inglaterra medieval, en 1290 y de España, en 1492; y matanzas de judíos durante las Cruzadas y durante la Shoá.
Fuentes: Halacha Yomit.
Dedicamos este espacio para el recuerdo y honra de las seis millones de víctimas que se cobró la barbarie totalitaria del nazismo durante la II Guerra Mundial en Europa, con gran indiferencia del mundo civilizado (¿?) de entonces, y que cada día, cada año, que transcurre pesa como una losa sobre la conciencia colectiva de la Humanidad. Recordar para no olvidar y transmitir a las generaciones futuras un mensaje de esperanza para que el horror no se vuelva producir nunca más.
El término Shoá significa literalmente desastre, catástrofe, específicamente Hashoá, el Holocausto de la Judería Europea programado y ejecutado por los nazis desde el ascenso al poder de Adolfo Hitler en 1933 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945. Aunque también hay que tener en cuenta que el Pueblo Judío sufrió grandes pérdidas a lo largo de la historia, como por ejemplo durante la época romana y por las masacres desatadas en el curso de las cruzadas, los pogroms de Europa de la Edad Media, la Inquisición española, revuelta de Chmielnicki en Ucrania en el siglo XVII, la política nazi del genocidio en el siglo XX “civilizado” fue única por su alcance e intensidad.
La política hitleriana basada en su idea de la raza superior teutónica en guerra con los pueblos “inferiores” se formuló en 1933, pero fue considerada con escepticismo, incluso en Alemania, hasta su aplicación. La destrucción total del Pueblo Judío (“Solución Final del Problema Judío” en la engañosa jerga nazi fue planteada por ideólogos, organizada por líderes de la Gestapo y la SS, como Heydrich, Himler, Eichmann y otros, comunes y austríacos, ayudados por colaboradores en los territorios bajo control nazi.
El proceso se inició con persecuciones en masa y leyes discriminatorias, (leyes de Nüremberg de 1935), motines y destrucción como la Noche de Cristal de 1938 y el establecimiento de los primeros campos de concentración en el Tercer Reich en franca expansión antes de la declaración de la guerra. Desde 1939, en que comienza la II Guerra Mundial, cuando los ejércitos alemanes se lanzaron en avalancha sobre toda Europa, la aniqulación de los judíos se llevó a cabo con una minuciosidad satánica y con eficiencia por medio del uso de deportaciones a ghetos especiales en Varsovia, matanzas en masa como las perpetradas en Babi Yar, traslados para reasentamiento hacia la muerte en campos de exterminio, donde las víctimas morían de hambre o trabajaban hasta morir o se les mataba por medio de gas y luego incinerados. Auschwitz, Birkenau, Berguen-Belsen, Dachau, Majdanek, Sobibor y Treblinka fueron algunos de los emplazamientos donde se perpetró el asesinato en masa de seis millones (6.000.000) de personas, hombres, mujeres, niños y ancianos de toda clase y condición. No hay que perder de vista que los doctores y “científicos” de la muerte efectuaron experimentos inmundos y bestiales contra seres humanos no sólo judíos (en su mayoría) sino con otras etnias o condición política o genética.
En Israel se conmemora Yom HaShoá el 27 de Nisán. Constituye una ocasión especial anual para rendir tributo a los seis millones de mártires judíos (Kidush Hashem); para las víctimas de la Shoá que perecieron en época desconocida se guarda el Yarzeit en el ayuno de Asará veTevet.
Teléfono: +34 639 262 200
E-mail: rafibenabraham@gmail.com
Dirección: Apartado de Correos, 355 Puerto de la Cruz, 38400 Tenerife. España.
Necesitamos su consentimiento para cargar las traducciones
Utilizamos un servicio de terceros para traducir el contenido del sitio web que puede recopilar datos sobre su actividad. Por favor revise los detalles en la política de privacidad y acepte el servicio para ver las traducciones.